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User:Sergio2023/sandbox

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Sergio2023/sandbox

The Yellow Wallpaper (en español: "El papel de pared amarillo" o "El papel amarillo") es un cuento corto de 6000 palabras obra de la escritora norteamericana Charlotte Perkins Gilman, que fue publicado por primera vez en enero de 1892 en The New England Magazine.[1] Es considerado una importante obra seminal de la literatura feminista norteamericana, e ilustra las actitudes en el siglo XIX con respecto a la salud de las mujeres, tanto en su aspecto físico como mental.

Escrito en primera persona, la historia es un conjunto de anotaciones en su diario escritas por una mujer cuyo esposo médico (John) ha alquilado una mansión antigua para pasar el verano. Descartando otras habitaciones en la casa, la pareja se instala en el cuarto de niños en la planta alta. Como una forma de tratamiento a la mujer sin nombre se le prohíbe trabajar, y se la alienta a que se alimente correctamente y a realizar mucho ejercicio y estar al aire libre, de forma que ella pueda recuperarse de lo que su esposo denomina una "depresión nerviosa temporal– una ligera tendencia histérica", un diagnóstico común para las mujeres de esa época.[2][3] Ella esconde su diario de su esposo y la hermana de su esposo la casera, temerosa de que se le reproche que ha estado trabajando en demasía. Las ventanas del cuarto se encuentran con barrotes para prevenir que los niños se encamaren a las mismas, y existe un portoncito en la parte superior de la escalera, a pesar de que ella y su esposo tienen acceso al resto de la casa y sus terrenos.

La historia presenta los efectos de la falta de estimulación sobre la salud mental de la narradora y como ella desarrolla una psicosis. Sin nada que la estimule, ella se obsesiona por el diseño y el color del papel de la pared. "Ese papel de la pared, tiene el tono amarillo más extraño! Me hace pensar en todas las cosas amarillas que he visto en mi vida – no las cosas hermosas como por ejemplo los botones de oro, sino cosas amarillas viejas echadas a perder. Pero ese papel tiene algo particular, su olor! ... La única cosa que se me ocurre parecida es el color del papel! Un olor amarillo."[4]

Al final, ella se imagina que hay mujeres arrastrándose por entre los dibujos del papel del muro y llega a creer que ella es una de esas mujeres. La protagonista se encierra en la habitación, el único sitio en el cual ella se siente segura, negándose a dejarlo una vez que concluye el alquiler por el verano. "Porque afuera debes arrastrarte por el suelo, y todo es verde en vez de amarillo. En cambio aquí puedo arrastrarme fácilmente por el piso, y mi hombro calza perfectamente en un extenso contacto íntimo con la pared, por lo que no puedo perderme."[5]

Síntesis del argumento[edit]

La historia describe el descenso de una mujer joven hacia la locura. John su esposo es comprensivo aunque falto de criterio, cree que lo mejor para ella es hacer una cura de reposo luego de haber dado a luz a su hijo. La familia pasa el verano en una mansión colonial que, según las palabras del narrador, "es un poco extraña". La mujer y su esposo se instalan en una habitación en la planta alta la cual ella supone fue el cuarto de los niños ya que posee múltiples ventanas, lo que permite el paso del aire tan necesario para su recuperación. Además de la pareja, también se encuentra allí Jennie la hermana de John; quien hace las tareas de la casa. Tal como era costumbre de la época las ventanas de la habitación de los niños tienen barrotes y el papel de la pared ha sido arrancado en ciertas partes, y el suelo esta rayado. La narradora atribuye ello a los niños, ya que la mayoría del daño está circunscrito a las zonas que ellos pueden alcanzar. Aunque se lo deja al lector en la duda sobre cual es la fuente real del estado de la habitación.

La narradora dedica numerosas anotaciones en su diario para describir el papel que recubre las paredes de la habitación– su olor "amarillo", su diseño "que quiebra el cuello", las partes que han sido arrancadas y la forma como deja mancas amarillas en la piel y la ropa de toda persona que lo toca. Ella relata como cuanto más tiempo se permanece en la habitación, más parece mutar el papel de la pared, especialmente a la luz de la luna. Sin más estímulo que el papel de la pared, a medida que transcurre el tiempo el patrón y los diseños son cada vez más intrigantes para la narradora. Pronto ella comienza a ver una figura humana en el diseño, y finalmente está convencida que una mujer se arrastra gateando por detrás del diseño del papel. Convencida de que debe liberar a la mujer que esta cautiva en el papel de la pared, comienza a arrancar los restos del papel de la pared.

El último día del verano, ella se encierra en su habitación para arrancar los pedazos que quedan del papel en la pared. Cuando John regresa a la casa, ella se niega a abrir la puerta. Cuando John finalmente vuelve con una llave, la encuentra arrastrándose por el cuarto, recorriendo las paredes y tocando el papel en la pared. Ella exclama, "Por fin te tengo,...a pesar de vos y de Jane", y su esposo se desvanece mientras ella continúa dando vueltas por la habitación, pasando por encima de su cuerpo inerte en cada recorrida que realiza.

La interpretación de Gilman[edit]

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Charlotte Perkins Gilman hacia 1900.

Gilman utilizó su cuento para explorar el rol de la mujer en Estados Unidos en su época. Ella trató temas tales como la falta de una vida más allá del hogar y las fuerzas opresivas de la sociedad patriarcal. Con su trabajo Gilman marcó el camino a escritores tales como Alice Walker y Sylvia Plath.[6]

En The Yellow Wallpaper Gilman presenta la enfermedad mental de la narradora como una forma de protestar contra la opresión médica y profesional contra las mujeres de su época. Aunque daba la impresión que los esposos y los doctores actuaban según lo que era mejor para las mujeres, las mujeres eran consideradas mentalmente débiles y frágiles. Por esa época los propulsores de los derechos de la mujer consideraban que el hecho que a muchas mujeres se la diagnosticara con enfermedades mentales era el resultado de los roles que se les permitía tomar en una sociedad dominada por los hombres. A las mujeres se las desalentaba a que escribieran, ya que si ellas escribían entonces esto les permitiría crear una identidad y convertirse un tipo de poder desafiante. Gilman nota que el escribir se convirtió en una de las pocas vías de realización de las mujeres de su época, en un tiempo tenían muy pocos derechos.[6]

Gilman indicó que la idea del cuento le surgió a partir de su experiencia personal como paciente: "el propósito fundamental del cuento era contactar al Dr. S. Weir Mitchell, y convencerlo de lo errado de sus métodos".[7] Ella había pasado por extensos períodos de depresión y había consultado a un afamado médico especialista quien le había recetado una "cura de reposo" según la cual "Gilman debía vivir una vida tan hogareña como fuera posible". Ella tenía prohibido tocar una lapicera, lápiz, o pincel, y solo tenía permitido dos horas diarias de estimulación mental.

Al cabo de tres meses y casi desesperada, Gilman decidió abandonar el tratamiento que le habían indicado y comenzó nuevamente a trabajar. Luego de darse cuenta cuan cerca había estado de padecer una enfermedad mental de magnitud, ella escribió The Yellow Wallpaper con agregados y exageraciones para ilustrar su propuesta y protesta por lo que consideraba un tratamiento inadecuado. Le envió una copia a Mitchell pero nunca recibió una respuesta.

Ella indicó que The Yellow Wallpaper "no aspiraba a enloquecer a la gente, sino a evitar que la gente fuera enloquecida, y funcionó". Gilman dijo que muchos años después se enteró que Mitchell había cambiado sus métodos de tratamiento, pero la historiadora Julie Bates Dock hizo notar que no fue así. Mitchell continuó con sus métodos, e inclusive en 1908 – 16 años después de "The Yellow Wallpaper" fuera publicado – estaba interesado en fundar hospitales dedicados a brindar "curas de reposo" de forma que este tipo de tratamiento fuera muy accesible.

Interpretacion feminista[edit]

Esta historia ha sido interpretada por los críticos feministas como una condena al control masculino de la profesión médica del siglo XIX. [8] A lo largo del cuento, el narrador ofrece muchas sugerencias para ayudarla a mejorar, cómo hacer ejercicio, trabajar o socializar con el mundo exterior. Sin embargo, sus ideas se descartan inmediatamente al usar un lenguaje que la estereotipa como irracional y, por lo tanto, no está calificada para ofrecer ideas sobre su propia condición. Esta interpretación se basa en el concepto de "esfera doméstica" en la que se mantuvo a las mujeres durante este período. [9]

Muchas críticas feministas se centran en el grado de triunfo al final de la historia. Aunque algunos afirman que el narrador cayó en la locura, otros ven el final como una afirmación de agencia de una mujer en un matrimonio en el que se sentía atrapada. [10] El énfasis en la lectura y la escritura como prácticas de género también ilustró la importancia del fondo de pantalla. Si al narrador no se le permitiera escribir en su diario ni leer, ella comenzaría a "leer" el fondo de pantalla hasta que encontrara el escape que estaba buscando. Al ver a las mujeres en el fondo de pantalla, la narradora se da cuenta de que no podía vivir su vida encerrada entre rejas. Al final de la historia, mientras su marido yace inconsciente en el suelo, se arrastra sobre él, simbólicamente, se levanta sobre él. Esto se interpreta como una victoria sobre su marido, a costa de su cordura.

Susan S. Lanser, profesora de la Universidad de Brandeis, elogia el feminismo contemporáneo y su papel en la modificación del estudio y la interpretación de la literatura en su artículo "Crítica feminista 'El papel tapiz amarillo' y La política del color en América". "The Yellow Wallpaper" fue una de las muchas historias que perdieron autoridad en el mundo literario debido a una ideología que determinó que el contenido de las obras era perturbador u ofensivo. Críticos como el editor del Atlantic Monthly rechazaron la historia corta porque "[él] no podía perdonarse [a sí mismo] si [él] hacía a los demás tan miserables como [él] lo hacía a sí mismo". Lanser sostiene que se puede decir el mismo argumento de devastación y miseria sobre el trabajo de Edgar Allan Poe, pero su trabajo todavía está impreso y estudiado por académicos. [11]

"The Yellow Wallpaper" les proporcionó a las feministas las herramientas para interpretar la literatura de diferentes maneras. Lanser argumenta que el cuento fue un "medio particularmente agradable para una nueva revisión ... porque la propia narradora se involucra en una forma de interpretación feminista cuando intenta leer el papel en su muro". [11] El narrador en la historia está tratando de encontrar un único significado en el fondo de pantalla. Al principio, se centra en el estilo contradictorio del fondo de pantalla: es "extravagante", mientras que también es "aburrida", "pronunciada" pero también "coja" e "incierta" (p. 13). Ella toma en cuenta los patrones y trata de organizarlos geométricamente, pero está más confundida. El fondo de pantalla cambia de color cuando refleja la luz y emite un olor distinto que el protagonista no puede reconocer (pág. 25). Por la noche, el narrador puede ver a una mujer tras las rejas dentro del complejo diseño del papel tapiz. Lanser sostiene que la mujer anónima fue capaz de encontrar "un espacio de texto en el que puede ubicar cualquier auto-proyección". [11] Al igual que el narrador como lector, cuando uno entra en contacto con un texto confuso y complicado, trata de encontrar un solo significado. "Cómo nos enseñaron a leer", como dice Lanser, es por eso que un lector no puede comprender completamente el texto. [11] La ideología patriarcal había impedido a muchos eruditos ser capaces de interpretar y apreciar historias como "The Yellow Wallpaper". Con el crecimiento de la crítica feminista, "The Yellow Wallpaper" se ha convertido en una lectura fundamental en el plan de estudios estándar. Las feministas han hecho una gran contribución al estudio de la literatura pero, según Lanser, se están quedando cortos porque "reconocemos la participación de las escritoras y lectoras en los patrones dominantes de pensamiento y práctica social, entonces quizás nuestros propios patrones también deben ser deconstruidos si Debemos recuperar los significados aún ocultos o pasados ​​por alto. [11]

"The Yellow Wallpaper" les proporcionó a las feministas las herramientas para interpretar la literatura de diferentes maneras. Lanser argumenta que el cuento fue un "medio particularmente agradable para una nueva revisión ... porque la propia narradora se involucra en una forma de interpretación feminista cuando intenta leer el papel en su muro". [11] El narrador en la historia está tratando de encontrar un único significado en el fondo de pantalla. Al principio, se centra en el estilo contradictorio del fondo de pantalla: es "extravagante", mientras que también es "aburrida", "pronunciada" pero también "coja" e "incierta" (p. 13). Ella toma en cuenta los patrones y trata de organizarlos geométricamente, pero está más confundida. El fondo de pantalla cambia de color cuando refleja la luz y emite un olor distinto que el protagonista no puede reconocer (pág. 25). Por la noche, el narrador puede ver a una mujer tras las rejas dentro del complejo diseño del papel tapiz. Lanser sostiene que la mujer anónima fue capaz de encontrar "un espacio de texto en el que puede ubicar cualquier auto-proyección". [11] Al igual que el narrador como lector, cuando uno entra en contacto con un texto confuso y complicado, trata de encontrar un solo significado. "Cómo nos enseñaron a leer", como dice Lanser, es por eso que un lector no puede comprender completamente el texto. [11] La ideología patriarcal había impedido a muchos eruditos ser capaces de interpretar y apreciar historias como "The Yellow Wallpaper". Con el crecimiento de la crítica feminista, "The Yellow Wallpaper" se ha convertido en una lectura fundamental en el plan de estudios estándar. Las feministas han hecho una gran contribución al estudio de la literatura pero, según Lanser, se están quedando cortos porque "reconocemos la participación de las escritoras y lectoras en los patrones dominantes de pensamiento y práctica social, entonces quizás nuestros propios patrones también deben ser deconstruidos si Debemos recuperar los significados aún ocultos o pasados ​​por alto. [11] [8]

Referencias[edit]

  1. ^ Stetson, Charlotte Perkins (January 1892). "The Yellow Wall-paper. A Story". The New England Magazine. 11 (5, ).{{cite journal}}: CS1 maint: extra punctuation (link)
  2. ^ Gilman 1892, p. 1
  3. ^ Treichler 1984, pp. 61–77
  4. ^ Gilman 1892, p. 11.
  5. ^ Gilman 1892, p. 15.
  6. ^ a b Quawas, Rula (2006). "A New Woman's Journey Into Insanity: Descent and Return in The Yellow Wallpaper". Journal of the Australasian Universities Modern Language Association. ProQuest Research Library (online, Oct. 2012): 35+.
  7. ^ Thrailkill 2002, p. 528.
  8. ^ Gilman, Charlotte Perkins (October 1913). "Why I Wrote the Yellow Wallpaper". The Forerunner. Archived from the original on 29 de noviembre de 2013. {{cite news}}: Check date values in: |archivedate= (help)

Bibliografía[edit]

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  • Carnley, Peter (2001). The Yellow Wallpaper and other sermons HarperCollins, Sydney ISBN 1-86371-799-4
  • Ford, Karen (Autumn 1985). ""The Yellow Wallpaper" and Women's Discourse" (PDF). Tulsa Studies in Women's Literature. 4 (2). University of Tulsa: 309–314. JSTOR 463709.
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Enlaces externos[edit]


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